Cine

112 años del nacimiento de Bette Davis: las mejores películas de la leyenda de Hollywood

Marco Herrera

Foto: Warner Bros.

Domingo 5 de abril de 2020

8 minutos

La prolífica y genial actriz supo reinventarse con acierto varias veces a lo largo de su carrera

112 años del nacimiento de Bette Davis
Marco Herrera

Foto: Warner Bros.

Domingo 5 de abril de 2020

8 minutos

El 5 de abril de 1908 nacía en el estado de Massachusetts Bette Davis, uno de los grandes mitos del cine en el siglo XX. Comenzó su carrera cinematográfica en los primeros años del cine sonoro, tras pasar un par de años por los teatros del noreste americano y llegar finalmente a Broadway. En sus inicios se especializó casi exclusivamente en personajes antipáticos, algo que no todas las actrices del momento estaban dispuestas a hacer.

Su ascendencia a lo más alto de Hollywood empezaría a llegar a partir de mediados de los años 30, cuando eran constantes los reconocimientos a sus papeles, como el que realizó en Cautivo del deseo o en La mujer marcada, en 1937, por el que se hizo con la Copa Volpi en el Festival de Venecia. A pesar de que en esa época se le escaparan a última hora dos papeles fundamentales en la historia del séptimo arte, como el llevado a cabo por Claudette Colbert (1934) en Sucedió una noche y el de Scarlett O'Hara que interpretaría Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó (1939), su carrera ya era imparable.

De la mano de Warner Bros. durante más de una década, protagonizaría varios de los títulos más relevantes entre los años 30 y 40, como Jezebel (1938), Amarga victoria (1939), La carta (1940) o La Loba (1941). Supo reciclarse por dos ocasiones, como actriz más independiente en los años 50 y con otro tipo de roles en los 60. Falleció en 1989 en París a causa de un cáncer de mama, pero su legado sigue siendo inabarcable y la propia American Film Institute la reconoció como la segunda actriz más importante de la historia del cine americano, solo por detrás de Katherine Hepburn.

Jezebel (1938)

En su primera actuación, ganadora del Oscar, interpreta a Julie Marsden, una obstinada belleza sureña que busca la redención después de perder a su prometido por su propia vanidad. Jezebel fue la respuesta de la Warner a Lo que el viento se llevó (1939) que aún no se había estrenado. Su lema era "El mayor romance del sur" y Davis realmente lleva en su interpretación mucho de Scarlett O'Hara.

Aunque no es tan épica como la famosa versión de David O. Selznick sobre el viejo sur, Jezebel es una gran película por sí sola dirigida por uno de los más prestigiosos realizadores de la época, William Wyler. Obtuvo cinco nominaciones a los Premios de la Academia y la razón principal por la que ha aguantado tan bien el paso del tiempo recae en su maravilloso elenco. Fay Bainter y Henry Fonda también brillan en pantalla. 

Amarga victoria (1939)

Este era supuestamente el papel favorito de la intérprete y no es difícil imaginar por qué. Como la trágica Judith Traherne, encontró un personaje en el que realmente podría usar todo su tenaz talento dramático. En la producción de Edmund Goulding, Davis es una socialité despreocupada a la que se le diagnostica un tumor cerebral.

Su personaje se enamora de su médico (George Brent), pero al principio duda si iniciar una relación. Siguiendo el consejo de su entrenador de caballos y admirador (Humphrey Bogart), quien le dice que viva el resto de su vida lo más plenamente posible, Judith decide casarse con el médico. Su felicidad es evidente, pero constantemente amenazada por la sombra de su inevitable caída.

El núcleo de la película está en la transformación del personaje de Davis de una joven radiante a una mujer madura que intenta enfrentar sus últimos días de una manera digna. Una personalidad de lo más completa, que solo una actriz con un talento como el suyo podría haber logrado de una manera creíble. Obtuvo una nominación al Oscar por su actuación.

La carta (1940)

Este film de William Wyler tiene una trama muy simple, de hecho, es bastante raro encontrar una película con un guion tan básico y que sea tan efectiva. La razón principal por la que funciona tan bien como lo hace, se basa únicamente en su protagonista. Davis es Leslie Crosbie, la esposa de un administrador de plantaciones de caucho que asesina a un hombre a sangre fría. Ella afirma que fue en defensa propia, pero para desesperación de Crosbie, una carta con su propia letra puede revelar toda la verdad.

Desde su legendaria secuencia de apertura, que muestra a Davis vaciando sin piedad su revólver sobre su amante, el espectador queda totalmente absorto en una de las mejores actuaciones de la actriz durante su larga y productiva carrera. Encapsulada por una historia de adulterio y mentiras, Leslie no es un personaje fácil de interpretar. Pero la actriz le otorga una enorme complejidad, mostrando lados conflictivos como su comportamiento sumiso pero autoritario con su esposo.

Posee la pantalla durante los 95 minutos, haciendo un uso excepcional de sus característicos ojos y se las arregla fácilmente para llevar al público a su lado, incluso mientras este personaje trágico sucumbe a sus propias invenciones.

Eva al desnudo (1950)

Bette Davis hizo suyo el personaje de Margo Channing, que originalmente estaba destinado a Claudette Colbert, quien fue elegida como diva de Broadway y que tuvo que retirarse después de sufrir un percance. En ese momento, la carrera de Davis estaba en un bache dle que no veía salida. Años más tarde, recordando cuando el director Joseph L. Mankiewicz la eligió para el papel, Davis comentó sin rodeos: "Me resucitó de entre los muertos".

En Eva al desnudo, la mítica actriz es una exitosa estrella de teatro que ve comprometida su carrera cuando la aspirante a joven actriz, Eve Harrington (Anne Baxter), logra infiltrarse en su vida profesional y personal. Ganadora de seis Oscar presenta un debate inteligente sobre la ambición, el éxito y el envejecimiento de las estrellas. A menudo aparece como uno de los mejores guiones jamás escritos, aunque también cuente con una dirección notable.

¿Qué fue de Baby Jane? (1962)

Davis alegó que la enemistad con Joan Crawford había sido objeto de la rumorología de Hollywood durante décadas cuando el director Robert Aldrich tuvo la idea de capitalizar la rivalidad al reunir los dos íconos en la pantalla.

En su única película juntas, ambas interpretan a hermanas que una vez fueron famosas por derecho propio. Jane (Davis) era una niña estrella de vodevil junto a su padre, pero Blanche (Crawford) fue la que encontró fama real como una reconocida actriz de Hollywood. La película encuentra a Blanche confinada en una silla de ruedas después de un accidente donde su hermana supuestamente la atropelló. Está completamente controlada por Jane, quien encuentra una gran diversión al atormentar a su hermana mientras la conduce lentamente a la locura.

Una drama psicológico con dos de las figuras más icónicas de la Edad de Oro de Hollywood y que fue nominada a cinco Oscars, incluido un guiño final a la Mejor Actriz para Davis, quien terminó perdiendo ante Anne Bancroft, y en uno de esos giros de la vida real que solo podían suceder en el cine, nadie más que Joan Crawford aceptó el premio en su nombre.

 

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Marco Herrera

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