
Lunes 13 de junio de 2022
2 minutos

La noticia es el calor. No hay otra, ni encuestas de Andalucía, ni elecciones del domingo, ni Argelia. Lo que hablamos y lo que sufrimos todos es esa ola de calor que, según los meteorólogos, seguirá subiendo hasta el jueves y solo es prólogo de un tórrido verano. El cambio climático, amigos. Este es el cambio climático, que trae todo tipo de sobresaltos. El último, la llegada desde Marruecos de una plaga de langosta de resonancias bíblicas que está asolando campos y devorando cosechas en la comarca de la Serena en Extremadura. Gran parte de las hambrunas de África son exactamente lo que estamos empezando a vivir aquí: calor asfixiante, sequías y plagas. Ya aparecieron voces que anuncian veranos de 50 grados de temperatura. Ya hay elevaciones del nivel del mar en Cataluña que están destruyendo la obra del hombre en el litoral. Y se vio cómo podría llegar a desaparecer el Delta del Ebro en un futuro no muy lejano. No se trata de asustar a nadie. Se trata de que seamos conscientes de lo que ocurre. Personalmente, me da miedo la vida de mi hijo pequeño y de mis nietos. Y me asusta mucho más la incapacidad de los gobernantes para hacer algo realmente eficaz para contener esta tragedia que no es que se vea venir; es que ya se puede tocar.