Caída del 17,8. Ese ha sido el desplome de la economía española en el segundo trimestre. Como ha sido el segundo trimestre seguido, estamos técnicamente en recesión. Pero es una recesión de caballo. Para el tercero, sabe Dios y la señora Calviño lo que nos depara la estadística. Iñaki López le preguntó al presidente en La Sexta qué pensaba hacer para la recuperación, y el señor Sánchez habló de las medidas sociales adoptadas, ayudas imprescindibles para los más necesitados, pero solo gasto público. Ahora se rebajan los fondos europeos, porque nosotros también tendremos que pagar, porque somos contribuyentes netos. Se habla de 14.000 millones. Y el virus, mientras no haya vacuna, no trae buenas vibraciones: dicen que ya hay más muertos que cuando se decretó el estado de alarma. Como periodista busco alguna señal de aliento y no la veo a corto plazo. Lucho por no caer en el derrotismo ni contagiarlo a mis lectores y me resulta difícil. Pero anímense: recuerdo a Julio Camba que una vez dijo: “Estoy de mal año”. Pues eso nos pasa a todos: estamos de mal año. Pero ningún año ha sido una eternidad.