
Martes 30 de noviembre de 2021
2 minutos

“¡Ya está aquí!”, dirán los más pesimistas. Y no faltarán a la verdad: ya tenemos el primer caso de ómicron en España. Yo, en cambio, quiero saludar la noticia con cierto optimismo: tenemos el primer contagiado, pero funcionó el sistema de detección. El afectado dio positivo en un test de antígenos a su llegada al aeropuerto de Barajas. Si no hubiera existido ese mecanismo de control, nadie sabe cuáles habrían sido las consecuencias. Tenía razón, por tanto, Isabel Díaz Ayuso cuando hace más de un año empezó a reclamar más controles y más rigurosos en el aeropuerto, porque estaba segura de que era una vía de penetración del covid. Y tienen razón ahora los miembros de su gobierno cuando, después de confirmar el contagio, piden que se establezcan todos los controles “de manera férrea y seria”, según informó ayer Raúl Arias en 65ymas.com. Hoy estamos como ayer, en el sentido de desconocer la gravedad de omicron. Las autoridades recomiendan tranquilidad, vacunación y medidas de prevención. Estamos encantados de hacernos eso de esa petición. Pero las autoridades deben cumplir con su deber: hacer lo imposible por evitar la entrada de la nueva cepa, nueva variante o lo que sea. Es imposible poner puertas al campo, pero a veces funciona y esta vez funcionó.