¿Proteges tus ojos como es debido cuando te bañas en una piscina? Y no, no nos referimos a que no los abras cuando estás buceando. Quizá no lo sepas, pero, en ocasiones, el cloro y otros productos químicos que se emplean para mantener el agua en óptimas condiciones pueden provocarnos ciertos problemas y molestias en los ojos.
Si el agua es tratada convenientemente no tendría que producirse problema alguno, pero lo cierto es que a veces puede suceder. Y a esto debemos añadir que en el interior de las piscinas también hay otro tipo de contaminantes no muy agradables para tus ojos como pueden ser restos de sudor, orina, saliva, piel muerta, perfumes o cremas solares de otros bañistas. Y es esta extraña amalgama la que te puede fastidiar tu baño si empiezas a sentir molestias en la zona ocular.
Señales como conjuntivitis, ojos rojos, quemazón, escozor, lagrimeo, fotosensibilidad y la sensación de cuerpo extraño en el interior del ojo son algunas de las consecuencias de que en verano aumenten esas infecciones en los ojos como detalla el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de España (@CNOO_Spain).
Por eso, lo mejor para evitar estas molestias es seguir estos consejos:
La recomendación que hacen los expertos es que no lo hagas. El contacto directo del agua con esta lente de contacto y la córnea puede producir la aparición de infecciones producidas por hongos o bacterias. En este caso lo mejor es usar gafas de natación graduadas. Si aún así decides usar lentes de contacto en la piscina, al menos recuerda un par de recomendaciones: