
La soledad no deseada en mayores se agudiza en verano: su escasa red social se va de vacaciones
Expertos dan recomendaciones para mitigar esta situación

10 medidas urgentes para frenar el problema de la soledad no deseada: "Afecta a 1 de 5 españoles"
La cuenta atrás para el verano no es igual para los mayores que sufren soledad
La soledad no deseada es un problema transversal que padecen uno de cada cinco españoles y que afecta especialmente a los colectivos vulnerables de la sociedad, como pueden ser las personas más mayores, que hayan ido perdiendo vínculos sociales con el paso del tiempo, quedando progresivamente aislados.
Según estudios recogidos por el Consejo General de la Psicología de España, entre el 15% y el 25% de quienes tienen más de 65 años padecen soledad de forma persistente. Unos porcentajes, que aumentaron con la pandemia.
Es más, en ciertos casos, este sentimiento se percibe de forma muy negativa. Tal y como se demuestra en una encuesta realizada a 14.000 usuarios de centros sociales y de ocio de Fundación ‘La Caixa’, el 64% aseguraba que habían experimentado esta sensación en algún momento y el 14,8% reconocía que la percibían de manera grave o muy grave.
En verano aumenta el sentimiento de soledad
Y cuando llegan momentos del año como las fiestas señaladas –Navidades, cumpleaños...– o, estaciones, como el verano, la soledad se acentúa.
"Esta época estival es sinónimo de descanso, reencuentros y tiempo compartido. Pero no para todos. Para muchas personas mayores, especialmente aquellas que padecen soledad no deseada, puede ser una de las más difíciles de sobrellevar. Cuando las calles se vacían, los centros de día cierran o reducen su actividad, y las familias se van de vacaciones, la soledad se hace más presente. Más densa. Más dolorosa. Las rutinas desaparecen o se diluyen. Y este 'parón social' les deja sin sus referencias habituales. Además, el calor limita las salidas y favorece que permanezcan en casa, aumentando el aislamiento físico", explica Gema Pérez Rojo, doctora en Psicología, catedrática de la Universidad CEU San Pablo y codirectora de la Cátedra Buen Trato a Personas Mayores, Fundación DomusVi y Universidad CEU San Pablo.
Y a todo esto, añade, "se suma un fenómeno especialmente dañino: la soledad comparativa". "Mientras los medios, las redes sociales y las conversaciones giran en torno a viajes, comidas en familia o risas compartidas, quienes están solos sienten esa distancia con más crudeza. El contraste entre lo que se vive y lo que se desea se vuelve insoportable", comenta.
Así, argumenta, en estos momentos, puede ser común que afloren sentimientos como "tristeza y melancolía, por la falta de contacto y el recuerdo de veranos pasados", "ansiedad, ante la idea de seguir sumidos en una rutina sin cambios ni compañía", "miedo, acentuado en muchos casos desde la pandemia, al salir, al contagio, al entorno", "desesperanza, por la sensación de que el tiempo pasa sin mejoras", o "sensación de invisibilidad, como si su presencia importara menos durante estas fechas".
Y "la ciencia ha demostrado que esta soledad tiene consecuencias reales: afecta a la salud física, psicológica y emocional. Se asocia con mayor riesgo de depresión, ansiedad, deterioro cognitivo, enfermedades crónicas, institucionalización e incluso una mayor probabilidad de mortalidad", asegura.
En resumen, tal y como explican desde la Fundación Grandes Amigos: la cuenta atrás del verano no es igual para todos. Y es que muchas personas mayores la viven como la llegada del momento en el que probablemente se sentirán "más solas".
Cabe recordar que Grandes Amigos, es una ONG de ámbito estatal, fundada en 2003, que acompaña a las personas mayores en riesgo o situación de soledad y lucha por sus derechos, contribuyendo a que puedan envejecer con salud, bienestar y dignidad. Concretamente, lo hacen a través de diferentes programas de acompañamiento afectivo, socialización y sensibilización –pincha aquí para más información–.
"Si bien la soledad afecta a todos los grupos de edad, las consecuencias son más graves en las personas mayores, que ven cómo en esta época del año –el verano– su escasa red social e interacción con otras personas disminuye", explican desde la Fundación.
Por ello, argumentan, resulta esencial limitar estos sentimientos. En su caso, explican, "trabajamos en varias líneas". "Por un lado, con el programa de vacaciones de verano, que desarrollamos en todas las comunidades donde actuamos presencialmente: organizamos viajes de grupos pequeños de personas mayores que participan en nuestros programas y personas voluntarias con las que conviven durante un fin de semana o una jornada, hacen amistad y de las que reciben apoyo y compañía", comentan.
"Favorecemos que estas salidas sean de grupos pequeños, pues es algo que facilita el tejer esos vínculos y además, según se desprende de los estudios de medición de impacto que realizamos, los participantes prefieren cada vez más el compartir tiempo con otras personas en espacios y grupos reducidos, que promueven la confianza y la afinidad de intereses comunes. Las salidas del programa de vacaciones de verano habitualmente suelen ser a entornos de naturaleza, que además de más frescos ante el calor también permiten a las personas mayores salir de la rutina diaria y desconectar en lugares agradables", añaden.
Y por otro lado, indican, desde Grandes Amigos "reforzamos los acompañamientos, especialmente el telefónico, para paliar esa pérdida de interacciones cotidianas durante el verano y hacer un seguimiento de la situación de las personas mayores" –si quieres conocer más sobre los programas que ofrecen desde la Fundación a los mayores puedes llamar al 91 359 93 05 o pinchar aquí–.
Consejos para los mayores
También se pueden adoptar medidas desde el punto de vista individual para disminuir la sensación de soledad en verano.
En ese sentido, Gema Pérez Rojo explica que, pese a que "no hay recetas mágicas", sí existen estrategias efectivas "para sobrellevar la soledad estival":
- Reflexionar sobre el origen del malestar. ¿Por qué me siento así? ¿Qué espero? ¿Es realista? A veces, redefinir expectativas ayuda a aliviar la frustración.
- Planificar el día a día, aunque sea con pequeñas actividades: leer, escuchar música, cuidar una planta, llamar a alguien… lo importante es ocuparse más que preocuparse.
- Buscar el contacto social. Las llamadas, videollamadas o incluso los mensajes pueden sostener vínculos esenciales. La tecnología puede ser una gran aliada.
- Aprender a disfrutar de la propia compañía. No se trata de resignarse, sino de descubrir actividades placenteras en soledad que nutran el bienestar personal.
- Realizar actividades con propósito, como colaborar con asociaciones o grupos comunitarios. Sentirse útil aporta sentido y fortalece la identidad.
- Tener un animal de compañía, si es posible. La compañía de una mascota puede ser un bálsamo emocional, además de una fuente diaria de ocupación y cariño".
Además, afirma, "las familias juegan un papel clave". "Aunque no siempre sea posible compartir tiempo presencial, una llamada regular, una videollamada familiar, una carta escrita o una visita breve pueden tener un impacto muy positivo. El afecto, la atención y el interés sincero son los mejores antídotos contra la soledad. Recordemos que la soledad no siempre se ve, pero se siente. Y en verano, más que nunca, un gesto pequeño puede cambiar un día entero. Acompañemos, escuchemos, estemos. Porque no hay mayor regalo que hacerle sentir a alguien que no está solo", afirma.

Una opinión que comparten desde Grandes Amigos, donde consideran que "es clave ejercitar ese músculo invisible de la socialización durante todo el año, quedando con gente, cuidando las amistades, participando en actividades e iniciativas que nos resulten significativas, a ser posibles intergeneracionales y vecinales, preocuparse por seguir regenerando la red afectiva y vecinal, no creer que con dos o tres personas de confianza en nuestra vida es suficiente, porque es lógico que esas pocas personas que vienen formando durante todo el año nuestra pequeña red afectiva desaparezcan en verano al irse de vacaciones".
Ahora bien, matizan, "no siempre es tan sencillo. Por ejemplo, las personas mayores con diferente grado de dependencia, que necesitan de otros para salir a la calle y socializar, tienen un abanico de opciones mucho más reducido. Es por ello que desde Grandes Amigos trabajamos para reforzar la atención y el acompañamiento a este tipo de perfiles más vulnerables durante el verano, con más voluntarios y llamadas de refuerzo en esta época del año, además del programa de vacaciones que desarrollamos".
"Fortalecer los lazos vecinales cada vez va a resultar más importante, para todo el año y especialmente en épocas como el verano. Contar con personas de confianza en el mismo edificio en el barrio, facilita la socialización. Siempre va a ser más sencillo quedar con alguien que vive en el vecindario que hacerlo con alguien que debe cruzar la ciudad en medio de este calor, que tanto puede afectar a ciertas personas mayores", concluyen.
10 recomendaciones del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada
Cabe recordar que el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada (SoledadES) ha presentado el pasado viernes 13 de junio, en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el ‘Decálogo de Características de las Políticas Públicas de Soledad No Deseada’, que ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo de Políticas Públicas del Observatorio.
En concreto, en dicho documento proponen 10 líneas generales de actuación cuando se tomen medidas en materia de soledad, un problema que afecta a uno de cada cinco españoles y especialmente a ciertos grupos como puedan ser las mujeres, los mayores, los jóvenes, los migrantes o las personas con discapacidad, entre otros.
Así, desde el Grupo de Trabajo de Políticas Públicas del Observatorio proponen:
- Incluir la perspectiva de la soledad en acciones y programas.
- Adoptar un enfoque transversal.
- Desarrollar acciones a nivel individual y comunitario.
- Fomentar el enfoque comunitario.
- Experimentar e Innovar.
- Trabajar de manera colaborativa con todos los actores.
- Capacitar y sensibilizar a toda la sociedad.
- Priorizar acciones preventivas.
- Mejorar el conocimiento, seguimiento y evaluación.
- Adaptar las políticas a distintos contextos y grupos.
Durante la presentación de estas recomendaciones, intervino asimismo Rosa Martínez, secretaria de Estado de Derechos Sociales, que sostuvo que la soledad no deseada no puede definirse como "una única realidad" y aseguró que esta cuestión transversal, compleja y multidimensional, que afecta tanto social como sanitaria y económicamente, va a ser cada vez "más central".
Además, señaló que existe una relación entre soledad y el no disfrute de derechos.
A continuación, mostró el compromiso del Gobierno con consolidar un "ecosistema de innovación social robusto e interconectado" para abordar esta problemática. Y adelantó que trabajan en un Marco Estratégico Estatal que sirva de "hoja de ruta" para orientar políticas públicas frente a la soledad, que prevén terminar para finales de año y presentar en 2026.