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Patricia Matey

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Ser más activo físicamente, seguir una dieta equilibrada, no fumar y controlar el peso y la presión arterial: los mismos hábitos que protegen el corazón también resultan decisivos tras un diagnóstico de cáncer. Este es el mensaje que se desprende de un estudio realizado en el marco del Proyecto UMBERTO, dirigido por la Plataforma Conjunta de la Fondazione Umberto Veronesi ETS y la Unidad de Investigación en Epidemiología y Prevención del IRCCS Neuromed en Pozzilli (Isla), en colaboración con la Universidad LUM “Giuseppe Degennaro” de Casamassima (Basilea).

'Supervivientes' del cáncer

En la actualidad, hay entre 12 y 14 millones de sobrevivientes de cáncer en Europa, lo que representa un promedio del 5% de la población europea, según datos de la revista ‘Lancet Oncology’. Esto refleja los avances en la detección, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer, que han mejorado significativamente las tasas de supervivencia a largo plazo. Los supervivientes frecuentemente desarrollan condiciones comórbidas como obesidad, hipertensión y diabetes, que no solo disminuyen la calidad de vida sino que también aumentan su riesgo de muerte prematura, como documenta un estudio de ‘European Heart Journal’.

De hecho, tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) que es la segunda causa principal de mortalidad en sobrevivientes de enfermedades oncológicas. La coexistencia de cáncer y ECV sugiere la presencia de vías biológicas compartidas, comúnmente conocidas como la hipótesis del "suelo común", que resalta factores de riesgo superpuestos como inflamación, estrés oxidativo y disfunción metabólica. 

Factores de estilo de vida modificables como fumar, inactividad física, mala alimentación y obesidad juegan papeles centrales en la patogénesis tanto del cáncer como de la ECV, reforzando el marco compartido entre ambas condiciones. Esto subraya la necesidad de incorporar una estratificación integral del riesgo y medidas preventivas en la atención de los sobrevivientes de cáncer.

Life's Simple 7

La métrica Life's Simple 7 (LS7), de la Asociación Americana del Corazón (AHA, de sus siglas en inglés), se diseñó para promover la salud cardiovascular, reducir la mortalidad por ECV y por accidente cerebrovascular, y proporcionó un marco importante para la evaluación y el manejo de estos factores de riesgo compartidos. Life's Simple 7 evalúa siete factores modificables: tabaquismo, índice de masa corporal (IMC), actividad física, dieta, presión arterial, glucemia y niveles de colesterol total. Esta métrica es altamente predictiva de los resultados de ECV en la población general y sirve como objetivo de acción para mejorar la salud general. 

 

Life's Simple 7. (AHA

 

Evidencias recientes resaltan la importancia de la métrica LS7 para predecir el cáncer en la población general, lo que refuerza la hipótesis de factores subyacentes compartidos entre estos dos grupos de enfermedades. Sin embargo, se sabe menos sobre el valor predictivo de esta métrica en sobrevivientes de cáncer, una población especialmente vulnerable tanto a las complicaciones relacionadas con el cáncer como a las ECV. Es importante destacar que los componentes de la métrica LS7 también abarcan los principales factores de riesgo modificables que comparten el cáncer y las ECV. Esto sugiere que las intervenciones dirigidas a estos factores, como aumentar la actividad física, mejorar la dieta, reducir el tabaquismo y controlar el peso corporal, podrían mejorar significativamente el pronóstico de los sobrevivientes de cáncer.

Pues el nuevo mensaje de los investigadores italianos, publicado en el 'European Heart Journal', la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología, la investigación se basa en datos del Estudio Moli-sani, uno de los estudios poblacionales más grandes del mundo, coordinado por la Unidad de Investigación de Epidemiología y Prevención de Neuromed.

Adhesión a hábitos de vida saludables 

Los investigadores realizaron un seguimiento de 779 adultos italianos, hombres y mujeres, durante 15 años. Al momento de su inclusión en el estudio Moli-sani, todos los participantes ya habían sido diagnosticados con cáncer. Su estado de salud se evaluó mediante la escala Life's Simple 7 (LS7) , un índice desarrollado por la Asociación Americana del Corazón que mide siete factores clásicos relacionados con el estilo de vida y el riesgo cardiovascular: tabaquismo, actividad física, dieta, peso corporal, presión arterial, colesterol y glucemia. Con esta herramienta, los investigadores evaluaron el grado de adhesión de los participantes con cáncer a hábitos saludables y analizaron su impacto en el riesgo general de mortalidad.

Los resultados mostraron que quienes mantuvieron hábitos más saludables presentaron un 38% menos de riesgo de mortalidad en comparación con los participantes con estilos de vida poco saludables. Además, cada mejora de un punto en la puntuación LS7 se asoció con una reducción del 10% en la mortalidad por cáncer .

"Nuestro estudio demuestra que una puntuación basada en factores de riesgo cardiovascular tradicionales, ya validada en la población general, también puede predecir una mejor supervivencia en personas con antecedentes de cáncer. Adoptar hábitos saludables como una buena alimentación, hacer ejercicio regularmente y mantener un peso corporal adecuado proporciona un apoyo concreto a quienes han padecido o padecen esta enfermedad", ha indicado Marialaura Bonaccio, primera autora del artículo y coinvestigadora principal de la Plataforma Conjunta mencionada anteriormente, en un comunicado. 

Dieta Mediterránea

Cuando el componente "dieta" de la escala LS7, que en su versión estadounidense se basa en criterios generales para una alimentación saludable, se sustituyó por la adherencia específica a la Dieta Mediterránea, el vínculo entre los hábitos saludables y la supervivencia se fortaleció aún más, incluyendo la mortalidad relacionada con enfermedades cardiovasculares.

 

Dieta sana y ejercicio, dos pilares para la salud cardiaca. (BIgstock)

 

El patrón dietético mediterráneo, típico de los países del sur de Europa y rico en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado y aceite de oliva virgen extra, demostró una vez más ser un aliado clave no solo para la salud cardiovascular, sino también para el bienestar de las personas con cáncer.

La hipótesis del 'suelo común'

Según el estudio, gran parte de la relación entre estilos de vida saludables y reducción de la mortalidad se puede explicar por tres factores biológicos comunes tanto a las enfermedades cardiovasculares como al cáncer: inflamación leve, frecuencia cardíaca y niveles de vitamina D en sangre . Estos hallazgos confirman la existencia de un trasfondo biológico compartido que vincula ambas afecciones.

"Este estudio confirma una hipótesis científicamente fascinante entre enfermedades crónicas aparentemente diferentes, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, podrían compartir fundamentos biológicos y mecanismos de desarrollo y progresión. En la literatura científica, este concepto se conoce como la hipótesis del suelo común: un terreno compartido de mecanismos moleculares y factores de riesgo o protección a partir del cual pueden surgir diferentes afecciones clínicas", ha comentado la investigadora.

Los resultados "refuerzan la idea de que los estilos de vida saludables y la prevención primaria no sólo son eficaces para reducir el riesgo de enfermedades crónicas en personas sanas, sino también para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de quienes ya han padecido cáncer. Es un mensaje para la salud pública que conecta dos campos aparentemente separados: el cardiovascular y el oncológico", ha explicado Licia Iacoviell , jefa de la Unidad de Epidemiología y Prevención de Neuromed y catedrática de Higiene de la Universidad LUM de Casamassim. 

Una visión amplia e integrada, como ha subrayado Chiara Tonelli, presidenta del Comité Científico de la Fondazione Umberto Veronesi ETS, profesora emérita de Genética de la Universidad de Milán y presidenta de la Federación Italiana de Ciencias de la Vida (FISV): "Este estudio confirma la importancia del Proyecto UMBERTO, que siempre ha adoptado un enfoque integrado, centrando al individuo en un modelo de estilo de vida global. El proyecto potencia la interconexión entre la dieta, la actividad física y otros hábitos saludables, cruciales para influir en los mecanismos comunes que subyacen a las enfermedades cardiovasculares y oncológicas".

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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