Las frutas esconden múltiples beneficios para la salud. Siempre forman parte de nuestra lista de la compra y son la base de cualquier dieta sana y equilibrada. En concreto, la pera es un alimento con un gran valor nutricional y que tiene un elevado contenido en agua (80%). Si sueles consumirla, te habrás dado cuenta que algunas peras tienen un punto de cera rojo en la punta del rabo, ¿sabes qué es y para qué sirve? Te lo contamos.
Aunque con el lacre rojo queden más llamativas, lo cierto es que no es solo una cuestión estética. Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y tecnología de alimentos explicó en Twitter cuál es el verdadero motivo.
En algunas variedades de peras, como comicio y pasacrasana, se cubre el pedúnculo con cera para prolongar su vida útil: reduce la deshidratación y la traspiración y evita la posible entrada de patógenos a través de la herida de corte.Además da aspecto "de lujo" #gominolasdepeseta pic.twitter.com/KfwiIzKltA
— Miguel A. Lurueña (@gominolasdpetro) April 5, 2021
Lurueña afirmó en el tuit que, en algunas peras, como el comicio o pasacrana, cuentan con este "pedúnculo con cera para prolongar su vida útil". A pesar de los numerosos beneficios que aporta esta fruta, también cuenta con una desventaja: se deteriora muy rápidamente. Esto significa que el punto rojo ayuda a la conservación del alimento, ya que permite reducir la deshidratación y la transpiración. ¿Cómo? "Evitando la posible entrada de patógenos a través de la herida del corte", indicaba el experto.
Este tipo de técnica no solo se emplea en las peras. El dietista-nutricionista Aitor Sánchez García reveló en un vídeo de Twitter por qué ciertos limones se comercializan con hoja y dijo que, aunque pueda parecer por una razón estética o campestre, en realidad es porque "el péndulo tapa el orificio del fruto", de tal forma que, como en el anterior ejemplo, su función también es mantener el alimento en buen estado durante más tiempo.
La manzana, la pera y las ciruelas, entre otras frutas, están recubiertas por una capa de cera en su forma natural, de ahí que desprendan ese brillo al cogerlas del árbol. Sin embargo, durante el proceso de lavado que están sometidas antes de llegar al punto de venta, pierden esa protección, quedando indefensas ante los agentes externos como los hongos y bacterias.
El hecho de que estén recubiertas les permite conservar un buen aspecto, evita que se pudran y les aporta muchas propiedades, por lo que en los centros de producción se les vuelve a añadir la capa de cera. A pesar de que muchos puedan dudar de que incorporarla artificialmente sea algo positivo, suelen emplearse ceras de plantas y animales cuyos componentes son comestibles. Por lo que esta incorporación favorece que estas frutas lleguen en perfecto estado a nuestras casas.
Cabe recordar que el lugar donde conservemos las frutas en casa también es muy importante para retrasar su deterioro. En este sentido, muchas de ellas no necesitan refrigeración para mantenerse en buen estado, al menos durante los primeros días, pues después requieren un poco de frío para aguantar más tiempo. Es el caso de los aguacates, los kiwis, las peras, los melocotones, las ciruelas y las nectarinas.
Eso sí, también hay alimentos que pueden permanecer toda su vida útil en una alacena, sin pasar luego por la nevera. Por ejemplo, los plátanos, toda la familia de los cítricos, las manzanas, el melón, la sandía, la piña o la granada.
En cambio, otras variedades sí que necesitan guardarse en frío para que sus propiedades organolépticas no se vean perjudicadas. Hablamos de las cerezas, los arándanos, las uvas, las fresas, los higos y los albaricoques.
