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Cómo mantener tu casa caliente sin encender la calefacción con este método poco conocido

Alexandra Concepción Pérez-Mancebo

Lunes 1 de diciembre de 2025

3 minutos

Pequeños gestos que suman para crear una barrera térmica

Consejos para limpiar las ventanas y persianas correctamente Foto: bigstock
Alexandra Concepción Pérez-Mancebo

Lunes 1 de diciembre de 2025

3 minutos

Cuando bajan las temperaturas, mantener el hogar caliente sin recurrir a la calefacción puede parecer complicado. Sin embargo, existe un método gratuito y muy sencillo que consiste en aplicar pequeños hábitos diarios capaces de conservar el calor sin necesidad de radiadores ni estufas. No es una solución milagrosa, pero sí una estrategia eficaz que muchos hogares olvidan y que puede aumentar la temperatura interior varios grados.

La clave está en aprovechar el calor que ya hay en la vivienda y evitar que se pierda. Una combinación de sentido común, principios básicos de física y hábitos cotidianos que, puestos en práctica simultáneamente, marcan una diferencia real durante las horas más frías.

Aprovechar el calor natural

La luz solar es la principal fuente de calor en invierno. Abrir bien cortinas y persianas durante el día permite que el sol caliente paredes, suelos y muebles, que liberarán ese calor lentamente. A partir del anochecer, especialmente desde las 17:30 horas, conviene bajar persianas y cerrar cortinas gruesas para crear una barrera térmica.

El aislamiento casero también es fundamental. Colocar toallas o burletes en rendijas de puertas y ventanas, usar alfombras en suelos fríos o cubrir paredes y cristales con textiles densos ayuda a retener el calor. Incluso el papel de burbujas en ventanas antiguas puede mejorar el aislamiento sin coste.

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Foto: Bigstock.

 

Además, es importante no bloquear las zonas más cálidas con muebles. Mover ligeramente una mesa o separar un sofá del ventanal puede facilitar la distribución del calor. También se recomienda cerrar las habitaciones que no se utilizan para concentrar la temperatura en las áreas ocupadas.

Pequeños gestos que suman

Las actividades cotidianas generan calor. Cocinar calienta la cocina y zonas cercanas, y el calor residual del horno, una vez apagado, puede aprovecharse con la puerta entreabierta durante unos minutos, siempre con precaución. Encender un par de velas también puede elevar ligeramente la temperatura en espacios pequeños y aportar sensación de confort. Otros trucos útiles sin encender la calefacción incluyen:

  • Usar cortinas dobles que sean ligeras de día y gruesas de noche.

  • Ventilar solo 10 minutos para renovar el aire sin enfriar la casa.

  • Mantener niveles de humedad moderados para mejorar la sensación térmica.

  • Colgar una manta detrás de la puerta de entrada o colocar textiles gruesos en pasillos como aislante improvisado.

Si necesitas un refuerzo: altenativas a la calefacción tradicional

Cuando el frío es intenso, algunas alternativas a la calefacción tradicional pueden ser útiles. Las estufas de pellets o de leña generan un calor potente y estable, y los radiadores de aceite o braseros eléctricos permiten calentar estancias concretas sin activar todo el sistema central. Cocinar con frecuencia o utilizar ciertos electrodomésticos de forma estratégica también puede ser una ayuda puntual.

Sobre el autor:

Alexandra Concepción Pérez-Mancebo

Redactora en prácticas

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