Carmen de Grado
Opinión

Los espejos y el curso de la vida

Carmen de Grado

Martes 21 de octubre de 2025

3 minutos

Los espejos y el curso de la vida

Martes 21 de octubre de 2025

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Los espejos y el curso de la vida

'El banquero y su esposa', Quinten Massys, 1514, óleo sobre madera, 70 por 67 cm. Museo de Louvre, París, Francia.

Détail Metsys miroir convexe

Detalle del espejo

 

Sobre la mesa que el banquero y su mujer tienen delante hay varios objetos llenos de significado: la pila de monedas, algunas de países lejanos y una que toma en su mano, la balanza (símbolo de la justicia y equidad), los pequeños recipientes metálicos, el jarrón de cristal (símbolo de la fragilidad y delicadeza), las perlas (símbolo de la pureza), los anillos o alianzas, el libro que la mujer tiene en sus manos y el espejo.

Una leve inclinación entre las dos figuras centrales marca su cercanía e intimidad en la acción que realizan. A simple vista interpretamos que están solos. Sin embargo, el espejo nos muestra que hay otro en la habitación. El banquero y su mujer no están solos.

La obra es una reflexión sobre el uso del dinero que atañe no solamente a quienes lo poseen sino a otros.

En el lado derecho de la obra hay una puerta entreabierta que deja ver dos personas conversando afuera del recinto. También en el espejo se refleja la torre de la catedral de Amberes, centro comercial y financiero pujante que esta pareja habita. 

Borges en Los espejos dice: 

Nos acecha el cristal, Si entre las cuatro

Paredes de la alcoba hay un espejo

Ya no estoy solo. Hay otro, hay el reflejo

Que arma en el alba, un sigiloso teatro.

El reflejo crea aperturas, muestra la posibilidad de otros mundos, expresa facetas diversas, las conocidas y las desconocidas, las manifiestas y las ocultas, la de las apariencias y otras más profundas. El espejo favorece que se caigan las máscaras.

Muchas veces en el curso de la vida, y más aún en un prolongado recorrido, encontramos aspectos propios y/ o del otro que no habíamos ni remotamente sospechado. Nos sorprenden. A veces, nos asustan, otras, nos duelen o decepcionan, también pueden ampliar nuestro campo de percepción e inaugurar una dimensión nueva y creativa que entusiasma.

Sobre el autor:

Carmen de Grado

Carmen de Grado

Carmen de Grado es Licenciada en Psicología, Máster en Psicogerontología, ex docente en la Universidad Maimónides de Buenos Aires (Argentina) y actualmente en el Instituto Iberoamericano de Ciencias del Envejecimiento (INICIEN).

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