Hace días, cuando el director general de Tráfico presentó las últimas cifras de accidentes, recordaba los tiempos en que las víctimas eran jóvenes. “Olvídenlo”, dijo: ahora el mayor número de muertes se produce entre mayores de 65 años. Tomemos nota de estadística y aviso. Pero hoy, después del terrible accidente de Salamanca, con cuatro chicos muertos y dos heridos, no resulta fácil olvidar los viejos datos de accidentes de jóvenes. Y mucho menos las circunstancias: de madrugada y de vuelta casa después de una fiesta. Noche, velocidad, fiesta siguen siendo aliados terribles para la juventud al volante. Mensaje para los padres: no dejéis a los niños ir en coche de juerga. Dadles dinero para el taxi. Es una negociación dura. Pero la alternativa puede ser el horror.