Integridad, movimiento y flexibilidad en un proceso de envejecimiento saludable
Carmen de GradoMartes 4 de noviembre de 2025
2 minutos
Martes 4 de noviembre de 2025
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La Danza, Henri Matisse, 1910, óleo sobre lienzo 260 x 389 cm., Museo del Hermitage, San Petesburgo, Rusia.
Expresión del estilo fauvista, esta danza representa tres factores que colaboran en la nueva longevidad.
La integridad está encarnada por la valoración del "contacto", "tacto", etimología de esta palabra. Las cinco figuras danzando de manera circular buscan adaptarse al marco rectangular que ocupan. Están tomadas de las manos y dos de ellas, a punto de conectarse.
El movimiento es valor esencial en esta pintura, como también lo es en quienes a pesar de los muchos años, o gracias a ellos, quieran vivir con salud, dándole sentido a sus vidas. Movimiento físico y vivencial. Movimiento en todas sus posibilidades para adaptarnos a un mundo en permanente y vertiginoso cambio
Matisse no se ha preocupado por mostrar detalles de las figuras, pero sí por representar una diversidad de posturas corporales en las figuras que aparecen. Todas ellas son expresión de flexibilidad.
La flexibilidad, factor protector por excelencia, para entender la gran variedad y la complejidad de nuestro tiempo.
La disposición de los cuerpos hacia el centro de lo grupal enfatizan la unión, la trama vincular. Sin embargo, consideremos también las distintas posturas corporales y posiciones de los rostros que bien podemos interpretar como expresión de las distintas acciones. Son miradas introspectivas, apuntan a sí mismos, suponen una consulta a lo que cada uno aporta, a lo particular y crítico para ser fieles a los deseos y necesidades personales.


