Notas una sensación de pesadez en el estómago y observas que tienes el vientre más hinchado de lo habitual. En el caso de las personas mayores no todo puede responder a que uno se ha pasado con la comida y ha disfrutado de un menú copioso. Existen otras causas que hoy descubriremos, así como sus posibles soluciones o tratamientos, por las que una persona de edad avanzada puede sentir ciertas molestias estomacales asociadas a esa inflamación.
Es la forma con la que coloquialmente decimos que tenemos que desabrocharnos un poco el pantalón, pero en un plano médico esa hinchazón se denomina distensión abdominal y puede tener distintos orígenes.
Pero antes de conocerlos, es bueno desterrar algunas ideas que no son ciertas. Por ejemplo, el vientre hinchado se puede dar tanto en personas con un peso bajo como en otras con sobrepeso, además la única diferencia es que en aquellos más delgados se nota más. Y tampoco es algo exclusivo de las mujeres. Aunque ellas son más propensas a padecerlo, esto no quiere decir que no le suceda también a la población masculina.
Volviendo a las causas. Lo primero en lo que pensamos es en los gases y puede que estemos en lo cierto. Y es que esa acumulación molesta de gas en el intestino grueso hace que este se hinche y traiga esa sensación tan fastidiosa, sobre todo cuando hablamos de personas mayores. Todo cambiaría si:
Otras causas de ese vientre hinchado pueden estar asociadas a ciertas patologías o enfermedades intestinales, como es el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn. El primer caso, como explican desde la Federación Española del Aparato Digestivo (@saludigestivo), es un trastorno que afecta al funcionamiento normal de nuestro aparato digestivo y que puede manifestarse en forma de hinchazón, dolor abdominal o ciertos problemas a la hora de ir al baño, desde diarrea a estreñimiento.
Por su parte, la enfermedad de Crohn es un proceso crónico por el que se inflama el tracto intestinal, lo que hace que aparezcan los cólicos, la fiebre, la hinchazón, una secreción anal, fisuras o incluso dolor en las articulaciones.
Pero si nuestro sistema digestivo está perfecto, puede que esa molestia y la inflamación de nuestro vientre se deba a un motivo ginecológico, como puede ser un tumor benigno. Así pues, si notas que la hinchazón no disminuye, que te duele la parte abdominal y que sientes como que estás muy llena, incluso sin haber comido apenas, es recomendable que vayas cuanto antes al médico.
Y algo curioso. Puede que todo obedezca a una ruptura de los músculos abdominales, por ejemplo, si se ha producido una pérdida rápida de peso o si existe una tendencia a la flacidez. En este caso, un poco de actividad física y controlar el peso pueden ayudar en la recuperación. También puedes practicar un par de minutos de pesas cada día. Aunque no lo creas estos ejercicios de resistencia ayudarán a fortalecer el músculo de esa zona y a quemar grasa si estamos hablando también de un peso considerable que se acumula en la cintura.
Y no te olvides de un consejo mientras haces ese ejercicio: contrae el vientre como si estuvieses haciendo hipopresivos, es decir, llevando la musculatura hacia adentro y hacia arriba al mismo tiempo.
El abdomen hinchado puede ser motivo de una enfermedad más seria, como un tumor relacionado con el aparato digestivo (páncreas, colon, estómago...). Pero no te alarmes sin causa alguna, ya que cuando se trate de algo más preocupante lo normal es que esa inflamación venga acompañada de otras señales, como pueden ser sangre en las heces, una pérdida de peso que no responda a un motivo concreto, que apenas se tenga hambre o que, por el contrario, sintamos la sensación de estar llenos. Si no se da esta sintomatología y lo tuyo solo es que tienes el vientre hinchado, tranquilo. Ya sabes a qué puede deberse.