
El laberinto del talento sénior: mejora la afiliación, pero se enquista el paro de larga duración
Hay más sénior trabajando, a menudo por no poder retirarse con seguridad financiera, avisa Adecco

Casi 800.000 mayores de 50 en paro: edadismo y desempleo crónico, sus grandes enemigos
EPA 2º T. 2025 / Paro sénior: 508.100 desempleados mayores de 55, los mismos que hace un año
Las estadísticas oficiales confirman el fuerte aumento del empleo sénior, con los mayores de 55 años experimentando un crecimiento del 23,3% de la afiliación desde la reforma laboral de 2021, un porcentaje muy superior al incremento medio para todas las edades (11,3%), según los datos de la Seguridad Social de agosto de 2025. Es decir, los cotizantes sénior han crecido el doble de rápido que el total en los últimos años.
Esta esperanzadora realidad (los mayores de 55 suponen más de una quinta parte de los afiliados), esconde, sin embargo, una paradoja, ya que este colectivo sufre un paro de larga duración enquistado, padece el edadismo, que le impide hallar empleo una vez perdido el anterior, y se encuentra en un laberinto de difícil salida, porque la mayor afiliación sénior se debe sobre todo a factores externos (envejecimiento, retraso de la jubilación) y, a menudo, a la obligación de seguir trabajando por dificultades financieras.
Este es el crudo panorama que constata un informe del Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco (@adecco_fundac), donde explican que la longevidad o el retraso de la edad de retiro suben automáticamente el peso relativo de este grupo en la afiliación a la Seguridad Social. Además, la mejoría "se concentra sobre todo en quienes ya tenían empleo y logran mantenerlo durante más años, mientras que quienes lo pierden afrontan grandes dificultades. De hecho, el 59% de parados mayores de 55 están en situación de desempleo de larga duración, frente al 38% de la media general".
Estos expertos avisan: aunque la afiliación sénior avanza, convive con un número significativo de personas excluidas del empleo en las últimas etapas de su vida laboral.
AFILIACIÓN MAYORES 55 AÑOS (AGOSTO 2025-2018)

La afiliación de mayores de 65 años crece... por necesidad
El informe del Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo muestra cómo, entre agosto de 2021 y agosto de 2025, la afiliación de personas mayores de 55 años pasa de 3.827.211 a 4.720.304, es decir, crece en un 23,3%, con 893.093 nuevos afiliados. Este crecimiento se acelera con la edad: el grupo de 60-64 años es el principal motor en volumen, aportando 368.235 nuevas personas afiliadas, por delante del tramo 55-59 (353.375 personas) y 65 y más (171.483 personas).
"En términos relativos (porcentaje), entre 2021 y 2025, el total de personas mayores de 55 años crece un 23,3%; por tramos de edad, entre 60 y 64 años sube un 26,3%; entre los 55 y los 59 años crece un 16,4% y, a partir de los 65 años, un 62,9% (el mayor crecimiento relativo, aunque desde una base mucho menor)", detallan los expertos de Fundación Adecco.
El tramo de 60-64 años se consolida como el auténtico impulsor de la afiliación sénior porque concentra a las cohortes más numerosas del baby boom, que en este periodo han alcanzado dichas edades y permanecen activas durante más tiempo. A ello se añaden factores como el retraso de la jubilación (tanto legal como efectiva), las penalizaciones más severas para las salidas anticipadas y los incentivos para prolongar la cotización, que empujan a algunas personas a extender su vida laboral en ese quinquenio.
El informe de Adecco concluye también que, entre los mayores de 65 años, donde el crecimiento relativo es más intenso (62,9%), parte del aumento se debe a la pura necesidad económica: completar cotizaciones, evitar penalizaciones en la pensión o garantizar ingresos tras unas carreras laborales intermitentes.
"Algunas carreras laborales no logran cotizaciones suficientes para una pensión holgada a los 65 años. En otros casos, la crisis previa dejó a profesionales sénior en desempleo, exigiéndoles trabajar más allá de la edad ordinaria de jubilación, para compensar años sin cotizar. Esta realidad incide en la estadística: algunas personas mayores de 65 años siguen de alta para alcanzar el mínimo de años cotizados o para mejorar su pensión final", advierte este informe.

Paro de larga duración y edadismo, dos lacras
El fenómeno de la mayor afiliación sénior no siempre responde al deseo de seguir trabajando, sino a dificultades para jubilarse con solvencia económica.
Existen dos grandes factores de peso que machacan a los sénior:
- Aumento y cronificación del paro sénior
El alza de la afiliación de mayores de 55 años se da principalmente entre quienes ya tenían empleo (porque lo conservan más años) o quienes se incorporan como autónomos. Sin embargo, quienes pierden su puesto de trabajo afrontan importantes obstáculos para reengancharse.
"Actualmente, hay 508.200 desempleados mayores de 55, una cifra que, lejos de disminuir, se ha triplicado desde 2008. En muchos casos, quien queda desempleado pasados los 55 ya no vuelve a trabajar, convirtiéndose el desempleo en una transición precaria a la jubilación. Este dato ensombrece el panorama: la afiliación senior crece, sí, pero convive con un grupo significativo de personas mayores de 55 años excluidas del empleo", alerta el informe de Fundación Adecco.
- Prejuicios laborales y sociales
Persisten prejuicios y estereotipos que asocian a las personas sénior con obsolescencia profesional, escasa flexibilidad o coste salarial, lo que frena, cuando no impide, su desempeño laboral. Para luchar contra este edadismo, los expertos reclaman formación continua y la adaptación de puestos de trabajo a las necesidades de profesionales veteranos (flexibilidad, ergonomía, reciclaje profesional), como claves para que el incremento de la afiliación sénior se traduzca en empleo digno y sostenible.