David Vargas
Cine
Los 6 vestidos más icónicos de la historia del cine
La unión de moda y cine ha dado como resultado algunas obras de arte que nos han hecho soñar
Nadie pone en duda ya que el vestuario de una película es una parte fundamental de la misma, pues se encarga de trasladarnos a la época en la que se ambienta y nos da una idea del modo de vida de la sociedad que recrea. Más allá de esa función, debemos reconocer que hay vestidos que han pasado a la historia por su elegancia, atrevimiento y, por supuesto, por el saber llevarlos de las actrices que los lucían. Ninguna de las películas que aquí repasamos habría sido lo mismo sin su diseño de vestuario, looks icónicos que han traspasado la gran pantalla para quedarse grabados en nuestra retina.
‘Expiación’
Menudo modelazo llevaba Keira Knightley en esta película basada en el libro de Ian McEwan. Recuerdo perfectamente la escena en la que aparece con este vestido verde esmeralda de noche en la que hace perder literalmente la cabeza al protagonista masculino, un James McAvoy también en estado de gracia. El vestido es de seda y recuerda ligeramente la estética de los años 30, lo que concuerda con la ambientación de la película, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Está firmado por la diseñadora británica Jacqueline Durran y destaca por ser de tirantes, por el nudo en la cadera y, cómo olvidarlo, por ir con la espalda al aire. Desde luego a Knightley le quedaba como un guante.
‘Mentiras arriesgadas’
Seguramente el modelo que luce Jamie Lee Curtis en esta película de James Cameron de 1994 no aparecerá en la mayoría de rankings al mejor vestido de la historia del cine, pero a mí me causó una gran impresión cuando la vi por primera vez, y me consta que no soy el único. La mayoría de las mujeres pasan años buscando ese perfecto vestido negro. En Mentiras arriesgadas, Jamie Lee Curtis lo encontró, y Arnold Schwarzenegger y el resto de los espectadores nos quedamos de piedra. La diseñadora de vestuario Marlene Stewart creó el vestido inicial con volantes de seda organdí, pero Curtis tenía sus propias ideas de cómo debería verse y se llevó uno propio de casa que convenció al director. El resto es historia…
‘Desayuno con diamantes’
Periódicamente, volvemos a esta película basada en la novela de Truman Capote, ya sea por la historia, por los personajes o, como ahora, por su vestuario. Quién no recuerda ese vestido negro con el que se acercó Audrey Hepburn al escaparate de Tiffanny’s. Es un vestido de satén negro con escote recortado en la espalda, una pieza elegante acompañada en el filme con unos guantes largos y, cómo no, las enormes gafas de sol del mismo color y el collar de perlas. El conjunto fue una revolución en su época, ya que resaltaba la esbelta silueta de Hepburn, estilizándola y mostrándola más sobria que al resto de actrices de Hollywood. El encargado de confeccionar esta joya fue el diseñador francés Hubert de Givenchy.
‘Pretty woman’
Cada vez que programan esta película en la tele, se convierte en un éxito de audiencia, y eso que tiene 30 años ya. Pero es que este cuento de hadas entre Julia Roberts y Richard Gere es atemporal, y en eso algo tiene que ver el vestuario de Marilyn Vance. Y es que esta película está llena de modelos icónicos: cómo olvidar el famoso vestido de lunares color chocolate que utiliza Roberts para ir a un partido de polo; o el de color blanco cuando sale de compras por Rodeo Drive con la preciosa pamela negra. De todos ellos, me quedo —no podía ser de otra forma— con el espectacular vestido rojo palabra de honor, guantes blancos y collar de diamantes que viste para ir a la ópera. ¡Chapó!
‘Gilda’
Tenía que salir. Es una de las escenas más famosas de la historia del cine. La actriz Rita Hayworth cantando la canción Put the blame on mame enfundada en un ceñidísimo vestido negro con escote y lazo en la cadera. Y esos guantes negros que se quita mientras canta en un acto de desnudez que escandalizó al público en 1946. El culpable de ese vestido que quita el hipo y de la bofetada que se llevaría Hayworth de manos de Glenn Ford en la película justo después es el diseñador americano Jean Louis. ¡Ya no quedan femmes fatales como las de antes!
‘Titanic’
Acabamos este repaso con otra cinta de James Cameron que ostenta el título de gran película de amor de finales del siglo pasado. La historia de Titanic aumentó considerablemente las ventas de klínex. ¡Cómo me hincho a llorar cada vez que la veo! Pero también destaca por los modelitos que lucía Kate Winslet y que enamoraron a un jovencísimo Leonardo DiCaprio. Pues bien, ese magnífico vestuario fue creado por una de las diseñadoras referentes de Hollywood, Deborah Lynn Scott, que ganó el Óscar por esta película. A la historia ha pasado ese vestido rojo de seda que lleva Winslet para la cena de gala, con encaje y transparencias. Pero yo soy un rebelde y me quedo con ese otro modelo blanco y negro a rayas con ese espectacular sombrero de ala ancha que lleva cuando sube al Titanic. Cuestión de gustos…