Longevidad saludable

Siete mitos médicos sobre el envejecimiento

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Lunes 8 de septiembre de 2025

17 minutos

Aunque es un proceso natural de los seres humanos, no todo lo que se dice es real

/ mitos médicos sobre el envejecimiento. (Bigstock)
Patricia Matey

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Lunes 8 de septiembre de 2025

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Hace unas 300.000 generaciones, la especie humana se separó de un ancestro que compartimos con los chimpancés. Desde entonces, la esperanza de vida humana al nacer se ha duplicado, documenta un ensayo de 'Nature Geneticis'

En los últimos 200 años, la esperanza de vida al nacer se ha vuelto a duplicar, se documenta en 'PNAS'. En comparación con otros animales, los humanos tienen un buen desempeño en cuanto a longevidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "entre 2000 y 2050, la proporción de la población mundial mayor de 60 años se duplicará, pasando de aproximadamente el 11 % al 22 %", recuerda un artículo de 'Medical News Today'

Con estos datos en mente, disipar los numerosos mitos asociados con el envejecimiento parece más urgente que en cualquier otro momento de nuestra historia evolutiva.

1. El deterioro físico es inevitable

No es del todo falso. A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta desgaste por décadas de uso. Sin embargo, el deterioro físico no tiene por qué ser completo, y a menudo es posible ralentizarlo.

Reiteradamente, las investigaciones han sugerido que hacer ejercicio con regularidad y seguir una dieta saludable puede ayudar a las personas a vivir más tiempo, combatiendo o previniendo los problemas físicos que aparecen con la edad, como se documenta en una investigación de 'PLOs Medicine'. Algunos estudios sugieren que la simple expectativa de un deterioro físico aumenta la probabilidad de que una persona se deteriore físicamente.

En un estudio de 'Geriatric Medicine', los científicos encuestaron a 148 adultos mayores sobre su envejecimiento, estilos de vida y expectativas generales de salud. Concluyeron que las expectativas con respecto al envejecimiento "juegan un papel importante en la adopción de estilos de vida físicamente activos en los adultos mayores y pueden influir en los resultados de salud, como la función física".

Por lo tanto, aunque es probable que se produzca cierto deterioro, gestionar las expectativas ayudará a las personas a tomar mejores decisiones para mantener la salud y la condición física en el futuro.

Una revisión de la literatura existente realizada en 2024 investigó cómo las percepciones del envejecimiento influyeron en la probabilidad de que una persona busque atención médica. Los autores de la revisión, que incluyó datos de 12 estudios con un total de 3. 664 participantes, señalaron: "Los adultos mayores con menores expectativas de envejecimiento serían menos propensos a creer que es importante buscar atención médica para afecciones asociadas con la edad, como la depresión, el deterioro de la memoria y la incontinencia urinaria".

Al mismo tiempo, un estudio de sobre adultos mayores en China buscó investigar cómo las actitudes individuales hacia el envejecimiento podrían influir en el riesgo de muerte en esta cohorte. Los autores concluyeron que "una autopercepción más positiva del envejecimiento se asocia con un menor riesgo de mortalidad por cualquier causa", lo que sugiere que "esta asociación está mediada en parte por hábitos de vida saludables y la participación social".

En resumen, mantenerse activo, comer bien, tener una vida social activa y mantener una actitud positiva podría ayudar a frenar el deterioro físico asociado con la edad avanzada.

2. Los adultos mayores deben evitar el ejercicio

Algunas personas piensan que, una vez alcanzada cierta edad, no tiene sentido hacer ejercicio, ya que creen que no aportará ningún beneficio. Este es otro mito. Cada vez hay más evidencia descubierta por estudios recientes que respalda la idea de que mantenerse activo a medida que envejecemos puede mantener la aptitud cardiometabólica y la salud cerebral.

En uno de ellos, publicado en 'Geriatric Medicine', los investigadores dividieron a 451 adultos mayores en tres grupos:

  • El primer grupo se sometió a un año de entrenamiento de resistencia intenso.
  • El segundo participó en un entrenamiento de intensidad moderada durante el mismo tiempo.
  • El tercer grupo no hizo ejercicio, actuando como grupo de control.

Los científicos descubrieron que los adultos mayores que habían realizado entrenamiento de resistencia intenso durante un año eran más capaces de mantener la fuerza muscular que sus compañeros de los otros grupos, incluso 4 años después del período inicial del estudio. También existe evidencia sólida de que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.

 

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El estudio EXERT, un ensayo clínico analizó los efectos del ejercicio regular de baja intensidad en comparación con el ejercicio de intensidad moderada a alta sobre la función cognitiva durante 12 meses en adultos mayores sedentarios con deterioro cognitivo leve, Los resultados revelaron que tanto los regímenes de ejercicio de intensidad baja como de intensidad moderada a alta se asociaron con una menor pérdida de volumen cerebral durante 12 meses.

Sin embargo, se recomienda consultar a un médico antes de comenzar un nuevo régimen de ejercicio si se padece alguna afección médica.

3. Los adultos mayores necesitan dormir menos (o más)

Algunas personas creen que los adultos mayores necesitan dormir más que los jóvenes, quizás debido al estereotipo de que disfrutan de la siesta. Otros dicen que los adultos mayores necesitan dormir menos, lo que podría deberse al estereotipo de que se levantan temprano por la mañana.

Estos mitos son relativamente difíciles de desmentir porque intervienen muchos factores. Es indudable que los adultos mayores tienen más dificultad para conciliar el sueño y que su sueño tiende a ser más fragmentado. Esto podría ayudar a explicar por qué algunos adultos mayores necesitan dormir siestas durante el día. A medida que el cuerpo humano cambia con la edad, puede alterar los ritmos circadianos (diarios).

Esto, a su vez, puede afectar el sueño. La relación también es multifacética: si los ritmos circadianos de una persona se alteran, puede influir en otros aspectos de su fisiología, como los niveles hormonales, lo que también podría afectar su sueño.

Además de las alteraciones circadianas, ciertas enfermedades que se presentan con mayor frecuencia en adultos mayores, como la osteoartritis y la osteoporosis, pueden causar molestias, lo que podría afectar negativamente la capacidad de una persona para conciliar el sueño o permanecer dormida.

De igual manera, algunas afecciones causan dificultad para respirar, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la insuficiencia cardíaca congestiva. Estas también pueden dificultar el sueño. La EPOC, por ejemplo, es conocida por causar fatiga.

Según investigaciones existentes, ciertos medicamentos, como los betabloqueantes, los broncodilatadores, los corticosteroides, algunos descongestionantes y los diuréticos, también pueden interferir con el sueño. Es más probable que los adultos mayores tomen este tipo de medicamentos, a veces juntos.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, de Atlanta) afirman que las personas de 61 a 64 años necesitan de 7 a 9 horas de sueño cada noche, y las personas de 65 años o más necesitan de 7 a 8 horas. Simplemente, podría serles más difícil conciliar el sueño.

Como aspecto positivo, algunas investigaciones sugieren que los adultos mayores pueden manejar la privación del sueño mejor que los adultos jóvenes. Un estudio publicado en el 'Journal of Sleep Research' reveló que los adultos mayores obtuvieron mejores resultados tras una intervención de privación del sueño que los adultos jóvenes en diversas medidas, como afecto negativo, depresión, confusión, tensión, ira, fatiga e irritabilidad.

4. Solo las mujeres padecen osteoporosis

La osteoporosis es una afección en la que los huesos se debilitan gradualmente. Algunas personas creen que solo afecta a las mujeres. Esto no es cierto; puede afectar a personas de cualquier sexo y edad. Sin embargo, la osteoporosis es mucho más común en personas mayores, personas de raza blanca y mujeres.

Según estimaciones de la Fundación Internacional de Osteoporosis, a nivel mundial, aproximadamente una de cada tres mujeres mayores de 50 años la padecen, y aproximadamente uno de cada cinco hombres sufrirá una fractura ósea relacionada con la osteoporosis a lo largo de su vida.

5. No tiene sentido dejar de fumar ahora

Ya sea un mito o una simple excusa, algunos adultos mayores dicen que no tiene sentido dejar de fumar a "su edad". Esto no es cierto. Como explica claramente el NH británico: "Cuando dejas de fumar, empiezan a suceder cosas buenas. Empezarás a ver mejoras casi inmediatas en tu salud. Nunca es tarde para dejarlo".

6. El sexo: poco frecuente o imposible 

Algunas personas creen que los adultos mayores pierden la capacidad de disfrutar del sexo y que sus órganos sexuales se vuelven incapaces de cumplir su función. Afortunadamente, esto es un mito.

Es cierto que el riesgo de disfunción eréctil (DE) y sequedad vaginal aumenta con la edad, pero para la mayoría de las personas, estos problemas no son insalvables.

El sildenafil (Viagra) y los lubricantes o cremas hormonales pueden hacer maravillas en muchos casos. Sin embargo, antes de tomar Viagra, es fundamental consultar con un médico, ya que no es adecuado para todos.

Un artículo publicado en el 'International Journal of Clinical Practice' indica que alrededor del 0,4 % de los hombres de entre 18 y 29 años experimentan disfunción eréctil, en comparación con el 11,5 % de los hombres de entre 60 y 69 años. Sin embargo, si se analiza esta estadística desde otro punto de vista, resulta mucho menos desalentadora: casi 9 de cada 10 hombres de 60 años no padecen disfunción eréctil.

 

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También existen ciertos beneficios. Por ejemplo, el pene masculino suele volverse menos sensible, lo que ayuda a mantener una erección durante más tiempo. Es cierto que, a medida que envejecen, algunas personas no tienen el mismo deseo o impulso sexual que en la juventud, pero este no es el caso de todos.

Sin embargo, según un estudio realizado en el Reino Unido, en el que participaron más de 6.000 adultos, tanto hombres como mujeres, de 50 años o más, el 86% de los hombres y el 60% de las mujeres del grupo de 60 a 69 años declararon ser sexualmente activos. El 59% de los varones y el 34 % de las fénimas de entre 70 y 79 años afirmaron lo mismo, y el 31 % de los hombres y el 14 % de las mujeres de 80 años o más declararon seguir disfrutando de una vida sexual activa.

7. Con la edad, el cerebro se ralentiza

El término deterioro cognitivo se refiere a una disminución gradual del funcionamiento mental con la edad. Sin embargo, antes de analizar la realidad, descartemos otros tres mitos asociados:

1. La demencia es inevitable con la edad

Según la OMS, el riesgo de desarrollar demencia aumenta con la edad, pero no afecta a todos los adultos mayores. Los últimos datos disponibles de la OMS, de 2021, indican que 57 millones de personas en todo el mundo viven con demencia. Además, datos de la Sociedad de Alzheimer del Reino Unido indican que la prevalencia de la demencia de inicio tardío en la población británica es del 0,9 % en las personas de 60 a 64 años, del 1,7 % en las de 65 a 69 años y del 3 % en las de 70 a 74 años, lo que significa que una proporción significativa de la población mayor no padece esta afección. Tal y como constata un trabajo de 'Jama Neurology' representativo a nivel nacional realizado por investigadores de la Universidad de Columbia, en EE.UU, aproximadamente el 10% de los adultos mayores de 65 años padecen demencia, lo que significa que alrededor del 90% no la sufren

2. El deterioro cognitivo conduce a la demencia

Contrariamente a la creencia popular, el deterioro cognitivo no necesariamente indica el inicio de la demencia. Las personas que desarrollan demencia tienden a experimentar primero un deterioro cognitivo. Sin embargo, no todas experimentan deterioro cognitivo desarrollarán demencia. El mismo estudio representativo a nivel nacional de la Universidad de Columbia reveló que aproximadamente el 22 % de los adultos estadounidenses mayores de 65 años presentan deterioro cognitivo leve.

3. El deterioro cognitivo es inevitable

Como muestran las estadísticas citadas anteriormente, el deterioro cognitivo no es inevitable, a pesar del mito arraigado de que los adultos mayores experimentan un enlentecimiento mental. Y, lo que es más importante, existen maneras de reducir el riesgo. En 2024, un informe de la Comisión Lancet identificó 14 factores de riesgo modificables para la demencia y el deterioro cognitivo. Estos son:

  • Nivel educativo.
  • Presencia de una lesión cerebral.
  • Niveles de actividad física.
  • Hábitos de fumar.
  • Consumo de alcohol.
  • Hipertensión (presión arterial alta).
  • Colesterol.
  • Obesidad.
  • Diabetes.
  • Pérdida auditiva.
  • Pérdida de visión.
  • Depresión.
  • Niveles de contacto social.
  • Exposición a la contaminación atmosférica.

Actuar para eliminar o mitigar el impacto de estos factores puede ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo, según indica el informe.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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